jueves, 24 de enero de 2013

Remanso Valerio, el paraje que se hizo canción




Soy de la orilla brava del agua turbia y la correntada, que baja hermosa por su barrosa profundidad; soy un paisano serio, soy gente del remanso Valerio  que es donde el cielo remonta el vuelo en el Paraná, reza entre suaves acordes de chamamé siestero,  la hermosa canción de Jorge Fandermole, mítica figura de la trova rosarina ochentista, que si bien no dá pistas para llegar a éste paraje de la localidad de Granadero Baigorria al este de la provincia de Santa Fé,  nos sitúa mental y geográficamente, nos describe con sutil encanto de poesía, un río, un paraje cansino,  pieles morenas de sol y espineles,  para imaginarnos un lugar paradisíaco, sumido en la quietud de la tarde,  en la ribera barrosa del Paraná.


Nada más distante de la realidad, remanso Valerio, y sus riberas barrancosas, de belleza agreste, casi precario, un asentadero de casi cien años. Un barrio tranquilo de pescadores humildes y trabajadores, de más de trescientas familias y por lo menos unas 1500 almas, plagada de calles de tierra y casitas frágiles de chapa y ladrillos construídas con esfuerzo de manos trabajadoras,  que día a día, generación tras generación, arriesgan su vida en sus canoas, en pos de realizar la única tarea que ha sustentado sus vidas y las de sus familias desde que los primeros pobladores vinieron a asentarse allá a fines del 1800, cuando el horno cementero Fhur dejó de funcionar.


 La pesca artesanal, prácticamente extinguida, y única forma sustentable de vida que conocen la mayoría de los habitantes del remanso, es hoy una utopía, casi un cuento mítico, que contado a la luz de las estrellas del cielo azul santafesino, suena a leyenda,  debido a diversos factores ambientales que han venido horadando la fertilidad acuifera del río, desde la construcción de Yaciretá, en el alto Paraná, y la destrucción masiva que se genera en su reserva, en el límite entre la provincia de Corrientes y Paraguay, hasta el puente que une Victoria con Rosario, y el tunel subfluvial finalizado en la decada del 60,  todo ha conspirado para dejar al río sin su riqueza natural.
En el río Paraná el sábalo, estandarte y principal actor de la cadena biológica del mismo, ha ido mermando por factores humanos y tecnológicos, todos evitables, todos estudiables en primer lugar la connivencia del gobierno con las empresas de exportación y recolección, que deberían no solo regular con leyes de control y veda, de la pesca, sino también poner un cupo en la exportación, hoy según el gobierno de Santa Fé , con un máximo de 4.000 toneladas anuales, generan deudas de credibilidad, en segundo lugar, la falta de control y repoblación, de una especie que no solo es un recurso valiosísimo de pesca sino también , el sostén de otras especies del Paraná que se alimentan de sus huevas y larvas, poniendo en jaque a otras, como el Pacú (hoy recuperado por la cría en piscifactorías).


Para hacernos una idea de la situación, un dorado de 10 kilos tarda 10 años en desarrollarse, mientras que en algunas zonas del alto Paraná se levantan hasta 30 y 40 por noche, sin contar las sangrías con trasmallos y redes con mallados inferiores a los 16 cm. que es el permitido, según las leyes provinciales.
Dice la ley 12212 de Santa Fé, que prohíbe la captura, circulación venta y consumo, en todo tiempo, de sábalos inferiores a 42 cms., sin embargo por la enorme demanda de Brasil y Colombia, los frigoríficos locales siguen comercializando ejemplares pequeños. Los frigoríficos más competitivos proveen a sus pescadores río arriba de hasta 20 canoas y un total de 2000 metros de malla y recogen de lunes a miércoles aproximadamente unos 12.000 kilos de sábalo. Por lo que a los pescadores del remanso solo le quedan las migajas, de lo que alguna vez fue su río y su medio de supervivencia.
Hoy los pobladores del remanso no solo enfretan un futuro de pesca escaza y demanda flacas, sino que deben enfrentarse también al miedo del deshaucio, y depositar su fé y su futuro incierto en el monumento de piedras de casi 1000 kg, que se yergue adusto en la entrada del remanso, el  ¨Cristo de los pescadores¨.


Abogando por una pesca sustentable y sostenible, en El Baqueano, nos hemos comprometido a no solo difundir situaciones que ponen en jaque el futuro de productos y medios de vida sino también intentar desde nuestra posición de gastronómicos, hacer conocidos aquellos peces de río, de los cuales nadie habla , ya sea por desconocimiento, ya por desidia, o intereses creados y  que hoy, si! se pueden consumir debido a la cría en piscifactorías y que independientemente de las vedas provinciales y los controles de tránsito entre provincias, están al alcance del consumidor
En la próxima nota en nuestro blog, hablaremos del nuevo plato que se viene, y del Pacú, un habitante de nuestros ríos que ha vuelto a vivir.

Agradeciemiento especial a Diego Landi (periodista y editor de TN.com.ar), por brindarnos información detallada de la situación del remanso Valerio y sus habitantes

4 comentarios:

  1. Grandes!!!! gracias por todo lo que estan dando por la gastronomia de nuestro pais! Con el sudor y el laburo se pueden logran muchas cosas, mas con la coviccion y la honestidad que le ponen al laburo diario, honorable como minimo.
    Felicitaciones de verdad! .
    JMO.

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  2. Gracias Juan Manuel!, alentadoras palabras, sobre todo viniendo de un colega gastronómico!, un abrazo!

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  3. Muy buena descripción del Remanso Valerio y bien graficada con las fotos imprescindibles. Gracias.

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  4. Muchas gracias por informar Semejante Situación de nuestros Paisanos del Remanso Valerio... Creo que nada (en ese asentamiento de mas de cien años) ha dejado una Protesta tan firme y cabal... Hecha letra y melodía de Chamame por este santafesino Serio que se hace llamar Jorge Fandermole... Realmente Fandermole es un exquisito compositor, realista y comprometido con los olvidados de siempre ... Muchas gracias tambien a vos CANTOR ( que aun no tengo el gusto de conocer) ...Te esperamos por Mar del Plata ... Ángel Dilucca

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